A unas cuadras de mi casa, llego a la hermosa costa que tiene mi ciudad, donde me encanta vivir. Nada mas lindo que el mar, me gusta observarlo y hasta el peor día con tormenta, marejada, olas, furioso e incontenible, mi conclusión es que igualmente, ¡es lindo!
A medida que avanzaba en mi caminata, no pude dejar de pensar y ver la versatilidad en la que estamos inmersos y a la que sin darnos cuenta, en nuestro accionar diario, nos vamos amoldando.
Entre el mar, el cemento, la arena, lo antiguo, lo moderno, lo nuevo, lo viejo.
Por un lado, la playa en donde había un campeonato de surf, mas adelante, la restauración de un edificio emblemático de la ciudad de Mar del Plata, el Instituto Saturnino Unzue, en contraposición, el nuevo Museo de Arte Contemporáneo (MAR), de repente, entre paso y paso, el aroma que salia de un restaurante y se mezclaba con el salitre del mar, y nada mas que eso me transporto a seguir pensando con que me sorprendería mi ciudad o yo a ella el resto del día.
Como se habrán dado cuenta, empece a escribir el sábado ni bien llegue de mi caminata, pero termine el domingo, no quería dejar de mostrarles las fotos que tome y hoy mientras desayunaba me dedique a eso!!
